¿QUÉ
PODEMOS HACER PARA REDUCIR EL SÍNDROME POSTVACACIONAL?
Durante
las vacaciones cambiamos nuestra rutina, horas de sueño,
actividades, ya no tenemos que cumplir con un horario. Disfrutamos de
lo que queremos tras todo el año trabajando, ya que aunque tengamos
un trabajo que nos guste necesitamos de un tiempo de desconexión
para luego retomarlo con más energía. Pero en muchas ocasiones la
vuelta se complica, nos sentimos desanimados, con apatía, cansados,
con estrés por tener que retomar de nuevo tanto nuestras
obligaciones laborales como familiares. Esta situación se vuelve más
difícil en los casos en los que no nos gusta el trabajo que
desempeñamos, o éste nos implica un importante nivel de estrés, si
se suman otras dificultades o preocupaciones (enfermedades, problemas
de pareja, etc), o el hecho de haber tenido unas vacaciones tan
movidas que sentimos no haber descansado realmente.
Por
lo que algunas recomendaciones, para que nuestra incorporación al
trabajo y a la rutina no se nos haga tan cuesta arriba y podamos
adaptarnos bien, son: no volver de las vacaciones justo el día antes
de incorporarse al trabajo ya que supondrá un aumento del estrés
por no tener tiempo para ir “aclimatándose” y ordenar las cosas,
organizar las tareas centrándose en lo prioritario, no exigiéndose
demasiado al principio, respetar las horas de sueño, dedicar tiempo
para el ocio y la realización de deporte, centrar el pensamiento más
en lo positivo y no tanto en los aspectos negativos de la vuelta. Y
no olvidar que el síndrome postvacacional es pasajero, y con los
días nos sentiremos mejor.
(Texto publicado en Begastripress nº2 Septiembre 2017)